Hoy son
tres años de tu partida, desde que comenzó tu viaje infinito hacia las
estrellas. Siento tu presencia en cada instante de mi vida; con tus palabras
que quedaron grabadas en mi memoria, son refranes de luz, son consejos de amor;
tu voz, tus canciones que canto en tristeza y soledad, pero también en momentos
de alegría y de felicidad... Cada vez que miro al cielo siento tu mirada, el
brillo de tus ojos, la paz interior... Gracias, Romi, por enseñarme a soñar, por
regalarme dos alas, por llenarme de tantas ganas locas de vivir, de avanzar, de
aprender... Cada nuevo amanecer imagino tu sonrisa en las nubes y busco tus
señales en la tierra, querido ángel de luz, y sé que nunca dejarás de iluminar
mi camino y de guiarme hacia un destino mejor. Gracias de todo el corazón.
Un ángel de
luz
Gracias a
la vida por poder conocerte
un ángel de
luz
un recuerdo
de amor
Te fuiste
cuando llego la primavera
y nos
dejaste con tanto dolor.
Te hiciste
una estrella en el cielo
Que nos guía
hacía un camino mejor
Eres esa
mirada que me acaricia,
una eterna
melodía
Estas en
cada hoja y en cada flor.
Tu eres las
alas en mi mente
un ave que
se aleja
y el
sentimiento que aun vive en mi.
Eres la
esperanza que jamás me deja
la luna y
el río
y el sueño
por el que estoy aquí.